lunes, 20 de mayo de 2013

VENTUROSA INOCENCIA

.VENTUROSA INOCENCIA

Me envuelve el sensual campanilleo
de tu rubor enamorado.
Pestañas bajas, enjambre de sueños.
Y una lágrima que asoma,
renuente
 al esplendente abismo
de tu blusa palpitante.

Retuerces ansiosa el pañuelo.
Carmín y romance,
vértigo ansioso.
Y los pliegues de tu falda,
avance provocativo
de tus muslos
a mis manos… advierten.

De pronto un silencio incómodo,
 trivial y súbito.
Fogonazo adolescente.
Banderillas de papel
sin mérito ni virtud.
Arcano íntimo e inofensivo.
que percibe una amenaza
y el coste de la profanación.
“El furor de la noche
es el rencor del alba”
-  susurra - “y la acritud
del vinagre
 la puesta de sol indeseada”.

Palomín azul,
jazmín en la turbulencia:
Dime si mi conciencia
 es vergüenza…
O la mueca de un blasfemo
de dudosa estirpe.

Hazme compartir contigo
El entrañable crepitar de los leños.
La sutil melancolía
de las amapolas escondidas
en la noche insonora.
El roce de tus puntillas
sobre mi espalda cansada…
Y que tu felicidad despeje
la vaga ociosidad,
 de los suspiros desconsolados
que obstruyen la razón.


Tus ojos…
Hembra redentora.
Miel morena.
Tus pestañas bajas…
obrarán el milagro inusitado
de devolverme aquél que fui.
Esencia intangible
que por vital resistirá
mi entierro en el olvido

Tú te sueñas y persigues
los hilillos de tu falda,
fabulando con tus dedos
un cerco de estrellas verdes
que deambulan por mi mente
explorando entre los restos
un atisbo de esperanza

Ven…
Dibujemos en la arena fría
un delirio mesurado.
Que la eternidad nos trague,
 Y el sin fin del  monólogo,
 cese.
Que definitivamente
 la razón de nuestras vidas,
aflore,
 chisporroteante de aliento.

.Tus ojos,
tus pestañas bajas…
convocan el gozo silente
desgajado de la duda.
Flor de espuma entre los riscos.
El blanco estreno del alba
santiguará tus promesas.

Un oleaje zigzagueante
 moja las perlas negras
que dormitan en tu pecho,
 desnudo y fértil.
 Ave María de paz,
Irreverente indulgencia.
 Apogeo
de dicha intemporal.

Gira la rueda, muchacha.
Gírala en sentido inverso,
que la destreza no es arte
ni mis penas tu desdicha.



 LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI
Febrero de 2013


viernes, 17 de mayo de 2013

BOBADAS

BOBADAS 6 de mayo de 1968. Después de algunos disturbios callejeros en París durante un par de semanas, estudiantes de la Sorbona toman la universidad y piden soluciones radicales al problema del desempleo. Su actitud sirvió de ejemplo para otros estudiantes y trabajadores de todo el país que se declararon en huelga, y al cabo de una semana el país estaba totalmente paralizado. El Presidente Charles de Gaulle, tras un intento fallido de acabar con la huelga general, disolvió la Asamblea Nacional y convocó nuevas elecciones. Aunque su partido ganó la reelección el descontento continuó vigente hasta su dimisión en 1969. 16 de mayo de 1937: Bombardeo aéreo de aviones italianos sobre Valencia. BOBADAS El silencio es iracundo. Sin gemidos ni impaciencia. Trasudados y nerviosos, ajústanse los correajes, Se burlan de su orfandad. Meros temblores de vida. Piedras, raíces hurañas cubren la sierra insurgente. Solamente un ave, un canto. tempranero, indiferente rompe el silencio pesado. El más joven mira el cielo. Una nube se hace sombra sobre la tierra quemada. Máscara de madera que ya no oculta el desprecio. Aquél… El de la torva mirada. Ese que lo vio morir… de pie, mira las botas astrosas. y la mueca del caído. Tiempo ha, olvidó los “cómo” Igualmente los” por qué” Sólo le cerró los ojos… al Joaquín. ¡Qué mierda¡ El que comanda la fila ordena sacarse los gorros y encuadrar las carabinas. Las sienes pulsan de rabia. “El Joaquín”…La puta vida. Si de puta tiene algo bueno. La faena toca a su fin Palas y picos. Sudor vacío. “No te has de ir así… camarada” Una mano en el corazón, otra engarrotada al cañón. Pero se va. El hoyo profundo y negro lo quiere. Tiene hambre de valientes. ¿Puedo rezar Comandante? ¿Y a santo de qué?... Mocoso. Por su madre…la “Tinaja” Y…su sangre que es la mía. Bobadas, solo bobadas… Mocoso. El Joaquín ya fue y ya no es. Era su ley y su hora. A la una le fue fiel… mientras pudo. Con la otra fue puntual. ¿Qué más basta a un combatiente? La muerte es una vez por todas. Y nadie lo mata matando a quien está decidido. Su desprecio por la vida es misterioso desdén por la muerte. Tu madre lo rezaría, dices. Ya…mocoso. Hace tiempo que lo hace. Tanto o más de lo que piensas. Por otros joaquines muertos. Ora. Ese asunto de los rezos… Mira: Puede que rece a su Cristo, el que en todos estos días de pena le pone el pecho a las balas. Quien diga que no seas tú, mocoso… el próximo Cristo sacrificado. O yo, sin los clavos en los pies Ni el peso de aquella conciencia. LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI MAYO de 2013