miércoles, 19 de enero de 2011

LOS ELFOS - EN EL ARTE 3ª PARTE Y ULTIMA

LOS ELFOS NOCTURNOS

Henri Fantin-Latour- El sueño -1854-Óleo sobre tela

Acabaremos el apartado de los Elfos de las Penumbras con algunos que rozan el ámbito de lo propiamente diabólico: Los Elfos Nocturnos, íncubos y súcubos, con los que cerramos este capítulo.

Hemos visto el poder que las hadas tienen en general, y Mab en particular, para provocar sueños. Éstos pueden ser más o menos benéficos:

  • Los hay llenos de armonía idílica, como el que plasma en su tela el pintor simbolista Henri Fantin-Latour; otros algo más inquietantes, como el Sueño del pastor del prerrománticos Füssli; finalmente, los hay que son auténticas pesadillas.

De estos sueños terribles se encargan los Elfos Nocturnos.

Sueño del pastor 1793– Johann Heinrich Füssli – Óleo sobre tela-Tate Gallery-Londres

Se sabe poco de estos elfos. Son de talante lúgubre, maléfico, y viven en las profundidades subterráneas, contrastando fuertemente con los Elfos de Luz: alegres, bondadosos, bellos y que se desenvuelven a pleno sol, circulando libremente por los aires. Desconocemos sus actividades diurnas, pero sabemos que entran en las casas por el ojo de la cerradura, los agujeros y las grietas y su diversión es aterrorizar a los durmientes. Citemos la descripción de sus maldades, así como las recomendaciones para librarse de ellos:

Todos hemos tenido pesadillas en un momento u otro, pero pocos saben que las pesadillas están causadas por elfos que montan en sus víctimas como sí fueran yeguas. Uno de los síntomas más comunes de los que están aquejados por un elfo nocturno es el sentimiento de impotencia:

  • No importa cuán fuertemente lo intenten los durmientes, no se pueden mover ni un dedo, ni siquiera pueden gritar.

Es, como un escritor lo describe, como el tétanos.

Sólo se puede poner uno a salvo uno, si consigue mover algún miembro.

  • El elfo se sienta sobre el pecho o sobre la espada del durmiente y galopa sobre él a través de los sueños. Con sus manos sujeta fuertemente las crines imaginarias de su montura.
  • Los Elfos nocturnos también montan sobre los animales, dejando su pelaje tan revuelto que es imposible desenredarlo.

Hay dos métodos para alejar a los Elfos Nocturnos:

Prevención o Expulsión

En la Edad Media se colgaban ciertas plantas como la Palma Christi, la verbena y la hierba de San Juan en todo el dormitorio, para alejar a los Elfos Nocturnos, y el durmiente se colocaba amuletos que contuvieran diamantes, coral, jaspe, sangre menstrual seca o un fragmento de cuero de lobo o de asno.

En años más recientes, los preservantes se han simplificado. Entre los que aún se usan están:

1. Un cuchillo que siempre permanece en la casa.

2. Una herradura o una cruz y un cuchillo colgado sobre la

puerta

3. Lino esparcido delante de la puerta.

4. Una cabeza de cerdo o un pentagrama dibujado en la

puerta.

5. No utilizar velas de cera en la casa.

6. Colgar sobre la cama una planta de nomeolvides o bien

una rama de olivo bendecido o una hoja de parra.

7. Una cruz y una manzana silvestre en la casa.

8. Guardar un calcetín bajo la cama.

9. Una ramita de retama o un cuchillo bajo la cama.

10. Los zapatos colocados con las puntas hacia fuera.

11. Un paño rojo anudado alrededor del pecho de los caballos o de los niños.

12. Cruzar las piernas y los brazos antes de irse a dormir.

Estos preventivos varían de un pueblo a otro y de un país a otro.

Una vez que el Elfo Nocturno ha entrado en una casa, hay muchas fórmulas para echarlo. Los católicos dicen que el elfo se marchará si se pronuncia el nombre de Jesús o sí se hace el signo de la cruz con la lengua. Otros aseguran que el único medio de asustar al Elfo Nocturno es pronunciar su nombre real. Pueden recitarse muchos encantamientos por los que el Elfo Nocturno es enviado a otro lugar o tarea, por ejemplo, a recoger semillas del suelo o hilar grandes cantidades de lana, etc.

Pero el método más eficaz es cogerlo. Debido a su habilidad para cambiar de forma, esto puede resultar difícil, a menos que todos los caminos para escapar estén bloqueados. Si todos los agujeros de una habitación están tapados, el Elfo Nocturno se verá obligado a quedarse, ya que deben entrar y salir por el mismo agujero. Si entonces se le pierde nueve gotas de sangre, se le coge por los pelos y se le llama crin, se le captura con guantes heredados de la familia o se le coge como una gavilla y se le quema, no volverá. Un método curioso para atrapar al Elfo Nocturno es el de tapar ruidosamente una botella. Parte por curiosidad y parte por el insoportable deseo de orinar, el Elfo Nocturno abrirá la botella, haciendo más fácil encerrarle dentro.

Los Elfos Nocturnos tienen muchos nombres y muchas apariencias. Como aparecen de noche y pueden cambiar fácilmente de forma, es imposible dar una descripción concreta de ellos. Se les ha visto con aspecto de mujeres, hombres, gatos, gallinas, monstruos, burros, caballos, mariposas, murciélagos, ratones, plumas, gavillas y colas de caballo.

Estos elfos reciben distintos nombres según el ámbito geográfico y lingüístico al que pertenecen, si bien las realidades que se describen son muy cercanas. Algunos de ellos están bien definidos y personalizados.

Tenemos en ámbito germano el/la Mahr, esta entidad se considera a veces que es el espíritu de un muerto maligno que vuelve para atormentar a los vivos mientras duermen.

Recordemos que la Mahr no puede pisotear al durmiente más que si se ha deslizado en sus zapatos, de aquí la recomendación mencionada más arriba de poner los zapatos bajo la cabecera de la cama y con las puntas vueltas hacia fuera, así la Mahr quedará bloqueada. He aquí alguna historia sobre ella:

Varios Hombres caminaban por el campo en Holanda cuando vieron a una mujer desnuda durmiendo en la hierba. Primero, los hombres se quedaron sorprendidos por la extraña visión, pero su entusiasmo quedo frenado por las palabras de un viejo pastor.

“Si creéis que esta mujer es de carne y hueso”. Les dijo, “estáis muy equivocados. Es la Marh, y está preparándose para cabalgar sobre su próxima víctima. Es más un diablo que una mujer real”

Mientras los hombres la contemplaban, un pequeño insecto negro se posó sobre su boca. Ella despertó de repente y, en pocos segundos, se había ido, corriendo desnuda hacia el bosque.

Otra leyenda del siglo X, recogida por Snorri Sturluson en el Orbe del mundo, cuenta:

Tras haber desposado a Drifa en Finlandia, el rey Vanlandi regresa a Upsala. Antes de partir, promete a su mujer que regresará en el plazo de tres años, pero pasan diez años sin que piense en cumplir su promesa.

Drifa convoca a la maga Huld y le entrega una suma de dinero para que, con sus sortilegios, haga regresar a su esposo o lo mate. La magia de Huld provoca en Vanlandi un vivo deseo de volver a ver a su mujer, pero sus amigos y sus consejeros lo ponen en guardia: Ese deseo se debe a los maleficios de los finlandeses, le dicen.

Vanlandi siente entonces sueño – reacción típica de un hombre al que ataca o visita un espíritu--; va a acostarse y se duerme.

Despierta poco después gritando que la Marh lo ha pisoteado. Cogen entonces la cabeza del rey, pero la Marh se pone aplastarle las piernas.

Le cogen las piernas, pero Mahr agarra la cabeza de Vanlandi y lo mata.

Un elfo parecido al anterior por su afición a atormentar a los durmientes, pero perteneciente al ámbito francés y sin tener nada que ver con la idea de que puede ser el espíritu de un difunto maligno, el Cauchemar.

Johan Heinrich Füssli – El cauchemar abandona la alcoba 1793

Éste tiene por costumbre montar al durmiente y oprimirle el pecho, generando así todo tipo de sensaciones desagradables. Será Füssli quien lo muestre huyendo en su caballo, saltando por la ventana de un dormitorio, mientras abandona a dos jóvenes después de haberse divertido con ellas. La mujer del primer plano se despierta con expresión de angustia poniendo su mano allí donde sufrió la opresión del Cauchemar.

Estos elfos se identifican con íncubos y súcubos, los cuales son propiamente diablos, pero sus actividades son parecidas a las de los Elfos Nocturnos y se les asimila a éstos. A íncubos y súcubos, además de su deseo de atormentar a los durmientes también se les atribuye el deseo de tener trato carnal con ellos. Los súcubos, entidades femeninas, subían al pecho del varón escogido y lo paralizaban por el horror de los sueños que causaban.

La Hagge es uno de los nombres que se daba en el s. XVI a estos súcubos, que tenían por costumbre sentarse encima del estómago de sus víctimas.

Los incubos eran masculinos y actuaban igual que las precedentes, pero con doncellas.

Füssli ilustra el episodio. El artista fue llamado en su época “el pintor de demonios y favorito del Diablo”, a causa de su afición por estos temas, de los que tiene numerosas pinturas.

La obra que aquí os dejo tuvo un gran éxito y hay muchas versiones; en ella aparece una joven dormida atormentada por un íncubo (o Cauchemar) con apariencia de Kobold.

Entre las cortinas aparece la cabeza de una yegua fantasma, sobre las cuales cabalgan estos elfos por la noche, según indican las tradiciones populares inglesas.

Johann Heinrich Füssli- La pesadilla 1781

Una creencia medieval que persistió hasta el siglo XVII – y que es el colmo de la complicación diabólica—considera que el diablo puede tomar forma de hermosa doncella (súcubo) y copular con un hombre quedándose su esperma para luego convertirse en hombre (íncubo) y preñar a una mujer.

Ante elfos tan peligrosos y malintencionados conviene acabar este capítulo recordando un conjuro que se recitaba antes de acostarse a fin de protegerse de estos espíritus nocturnos:

Que el supremo numen divinum,

Que el santo sanctus spiritus,

Que el Salus sanctus Dominus

Me protejan también esta noche.

Contra la mala gente que va de noche…

Contra los que cabalgan los setos…

Cacería salvaje y miembros de su cortejo

Que llevan las ruedas y las sogas,

Muertos atormentados en la rueda y ahorcados,

¡marchar de aquí!

Elfo e hijo de elfo,

¡no sigáis aquí más tiempo!

Hermana y padre de elfos,

¡salid, traspasad el seto!

FIN

Fuente: Elfos y hadas en la literatura y el arte.

Montaje y recreación:

Safe Creative #1101128249209

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