jueves, 3 de junio de 2010

LAS HADAS SHAKESPEARIANAS – 1ª parte

LAS HADAS

SHAKESPEARIANAS – 1ª parte









El sueño de una noche de verano de William Shakespeare fue escrito aproximadamente en 1595, parece ser que con motivo de una fiesta nupcial.




Los versos del dramaturgo han llegado a inspirar a gran cantidad de artistas y la calidad de la obra merece un lugar de honor.







Shakespeare se inspiró en tradiciones populares que depuró, creando unos personajes muy bien definidos que han quedado como prototipos feéricos.







El argumento es el siguiente:








Teseo, duque de Atenas, va a contraer matrimonio con Hipólita, reina de las Amazonas. Se preparan suntuosos festejos en la ciudad para celebrar la boda.








Unos sencillos artesanos también quieren participar en los homenajes ofrecidos al duque, representando una obra de teatro en honor de la pareja, y piensan efectuar el ensayo general la noche anterior a las nupcias en un bosque próximo a Atenas.







Por otro lado Herminia, hija de Egeo, es obligada por su padre a casarse con Demetrio o convertirse en sacerdotisa de Diana; no atrayéndole ninguna de las dos opciones, decide escapar con su amado Lisandro, y ambos se dan cita para la huida en el mismo bosque.












A esta pareja se añade otra, el mismo Demetrio que persigue a la joven fugada y Elena, que está locamente enamorada de él a pesar de sus desprecios; ellos también llegarán al mismo paraje la misma noche.










Finalmente, en el ya concurrido bosque vagan Oberón y Titania, soberanos del pueblo de las hadas, con sus respectivos séquitos feéricos, y el travieso duende Puck, que sirve a Oberón.








Pero la regia pareja está sufriendo una crisis:








Ambos están enfadados entre sí, a causa de un niño que retiene Titania, al cual desea Oberón como paje personal.













Sir Joseph Noël Paton – Titania y el niño indio







Como la reina se niega a cedérselo, el rey élfico se vengará de ella hechizando sus ojos con el jugo de una mágica flor, cuya virtud consiste en que el primer ser que se mire se amará con amor irresistible.




El destino querrá que la primera persona que vea Titania sea Ovillo, unos de los artesanos que ensaya la pieza teatral en el bosque y que para mayor regocijo del rey, al pobre rústico, Puck le ha cambiado su cabeza por la de un asno.









Edwin Henry Landser – Escena de Sueño de una Noche de Verano 1848-






Puck comete además un grave error; hechiza por equivocación los ojos de Lisandro en lugar de los de Demetrio







- Oberón, conmovido por la suerte de Elena, quería volver
el amor de Demetrio hacia ella--.







El duende confunde a Demetrio con Lisandro, al cual encanta, y la primera persona que Lisandro verá cuando despierte será Elena que abandonada en el bosque por Demetrio vaga perdida, y concebirá un gran amor por ella, olvidando a Herminia.




Cuando Oberón se da cuenta del embrollo manda a Puck inmediatamente aplicar la pócima a Demetrio, que se enamorará, también él, rápidamente de Elena….






Las confusiones que generan estos encantamientos son múltiples y muy divertidas.







Poco a poco, antes del alba, todo irá volviendo a la normalidad:






Oberón, compadecido de Titania, sanará sus ojos con el jugo de otra planta que devolverá a sus sentimientos a su estado original; también se desencantará a Lisandro, que recuperará su amor hacia Herminia, pero Demetrio quedará definitivamente enamorado de Elena para gran alegría de la joven.







La obra acabará con una triple boda y la reconciliación de los monarcas élficos, y todos los extraños sucesos originados por éstos se considerarán como un confuso sueño de una noche de verano.









Ahora ya conocéis el argumento de la obra, y voy a citaros algunos de los versos que mejor describen su mundo feérico y disfrutareis de una selección de pinturas, de las muchas que existen inspiradas por la comedia.









Empecemos con una visión de conjunto de estas hadas diminutas: etéreas, auxiliadas con alas de mariposa, vuelan de aquí para allá, parecen frágiles, pero como dice Katherine Briggs:






“Todas ellas pueden viajar distancias inmensas tan deprisa como la luna. Las principales entre ellas pueden cambiar de forma y tamaño, cuando se pelean, toda la naturaleza se ve afectada y el ritmo de la estaciones se altera. Como todas la hadas, poseen grandes conocimientos sobre las virtudes de las hierbas; tienen poder sobre la progenie de los hombres y pueden bendecir a
los matrimonios”







Estas hadas shakesperianas, aunque pequeñas, son una buena expresión de la fuerza y pujanza que anima la naturaleza y que se personifica en ellas. Más tarde, con las hadas de la época jacobea, se subraya todavía más la pequeñez, y este aspecto poderoso desaparece para caer en la trivialidad.












El cuadro de John George Naish, Elfos y hadas: sueño de una noche de verano, muestra la venida abigarrada de un grupo feérico que
bien podría ser el séquito de Titania u Oberón: flotando por los aires, entre

las flores, no montado sobre un insecto semejante a una polilla, todos ellos

al claro de luna, ilustran bien las palabras que un hada de Titania dirige a

Puck en la 1ªparte del acto II


























La obra de John Lyly (1554-1606), The Maides Metamorphosis, publicada el mismo año que la comedia de
Shakespeare, coincide con la imagen de la pintura de Naish:















Pero el cuadro de Naish, a pesar de la perfecta evocación del alegre grupo feérico, está concentrado en la descripción de las flores, que con realismo botánico presenta en un cercanísimo
primer plano. De hecho, muchas de estas obras victorianas de hadas enfatizan las descripción de flores y plantas.




Ello además de porque el hábitat de hadas y elfos se halla entre los tallos, hojas, corolas de las flores, plantas y árboles especialmente, también porque en esa época se había
elaborado todo un lenguaje alegórico y **secreto** de las flores, con el cual se dirigían sutiles misivas.


















Fuente: Elfos y Hadas en la literatura y el Arte






Montaje y Recreación:








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